En este mes cumple un año este blog, que con discreta presencia no ha roto ninguna marca, no es el más popular, ni el más buscado por google, no ofrece dinero, no tiene reservada una egoteca particular, no ha dado muestras de ponerse a la vanguardia literaria, no tiene pies ni cabeza, no se publica constantemente, apenas mi irresponsabilidad lo mantiene a flote para decir unas cuantas cosas que no se deben decir en el universo de lo políticamente correcto. Un año ha corrido desde que me inicié en la blogosfera, como un explorador. Ficcionalia debe su nombre a un libro que escribí cuando nació Natalia, mi hija mayor, y lo escribí motivado principalmente por heredarle el gusto de la lectura, los libros, la fantasía y las posibilidades de trascendencia por la vía de la literatura, los libros, el conocimiento. El libro Ficcionalia es el sitio donde van a parar los personajes, las atmósferas, los sitios, los perfiles, las historias de los libros que no leemos o que dejamos de leer. Es