Un bendito entre malditos

copian Por aquello de que mi viejo Sabina regresa con un disco… publico este viejo texto…

Próximo CD: JOAQUÍN SABINA está enfrascado en la preparación de su próximo disco. No se conocerá la fecha oficial de salida del álbum hasta que el proceso de composición y selección esté terminado, aunque probablemente sus fans tendrán que esperar hasta después del verano para conocer las nuevas canciones. El artista, que acaba de cumplir 60 años, está siendo muy cuidadoso en la elección final de los nuevos temas porque quiere que el próximo sea "un gran disco"

Benditas sean las raras excepciones,

Los moretones de los vulnerables,

Los labios que aprovechan los rincones,

Más olvidados, más inolvidables,

Benditos sean, benditos sean.

Benditos Malditos. J. Sabina.

¿Cómo podemos olvidar una canción de Joaquín Sabina?, Es una travesía por la infamia. Imposible. Reniego de olvidar a los inolvidables. Desde los años ochenta, las canciones de Joaquín fueron a clavarse como una maldita espina en la planta del pie del corazón. Y duele, y te recuerda que estás más vivo que nunca. Hoy por hoy, Joaquín Sabina, vuelto de un coma profundo, (una isquemia cerebral que casi lo pone fuera de combate) aparece como los grandes, y uno que confía en los héroes, no le queda más que recibir los dones del poeta, de exponerse a sus filosas palabras, manejadas como nadie, y a escuchar sus historias, donde de plano uno pierde el norte de lo que en realidad pasó. En ocasiones, distinguir entre las canciones y ciertas cosas ocurridas entre lo cotidiano es un esfuerzo titánico. Sólo volver la vista atrás, donde ponemos el oído y estamos en mitad de planos y alquimias, de unos mapas que Sabina maneja, como un explorador, en mitad de la nada. Las canciones de Joaquín, abren grandes gajos en el corazón del auditorio y el zumo saltando entre los rincones inexpugnables debilita al público más populachero. Cuando comencé a escuchar a Sabina, era una ave extraña entre un mar de cancioncitas de protesta, trasnochados y cursis vividores de la moda del alternativo. Lo frutal, eje de la canción protesta y la trova nada tiene que ver con la poesía de un Joaquín, considerado el mayor letrista europeo, lleno de visión del mundo, de realidad y certeza. Hay quien dijo que era un majadero y se ruborizaba por escuchar la palabra culo. Otros hablaban de composición musical nula, mientras ni siquiera conocían a los arreglistas. Yo vi a sus detractores aplaudir de pie a un Antonio García de Diego. Pero Joaquín no es un trovador. Y eso pocos lo entienden. Es insultante escuchar la canción de y sin embargo, al estilo de José José, y una mezcla de operación triunfo, entre la penumbra de un bar de la calle Juárez. Horrendo, patético y miserable. Pero la importancia no estriba en hablar de quien la cante, sino lo que es capaz de trasmitir sobre quienes van a oírla. La obra de arte es eso, hablar de una forma de vida, donde las canciones olvidan al interprete y consiguen el rango de himnos.

Malditos sean los tontos con medallas

Los hijos de mamita, los chivatos

Los candidatos (cierra la muralla)

La letra pequeñita del contrato.

Y del coma profundo hasta la superficie, llega con un par de libros y un par de discos. Por fin uno lee a Sabina en el libro ciento volando de catorce para envolverse en un mundo lleno de nostalgias y espejos. De viejos tratados de impaciencia y nuevos cuerpos matizados de sexo, amores al olvido, entrañas de fuera. Y la experiencia colectiva lo hace entrañable, seductor, el viejo bucanero, sus alas en los pies, y una bandera con un par de tibias y una calavera que llevan a surcar mares, a ponerse a arriar la bandera en el Cabo de Poca esperanza. Y esos caminos que no llevan a Roma La habana, Londres, Fez, Venecia, Lorca, Nápoles, Buenos Aires, Sinaloa/ Guanajuato, Madrid, Gijón, Menorca, Ronda, Marrackesh, Lisboa... Cien caminos que no llevan a Roma.

Quitarse el sombrero, aplaudir de pie, Chapeu, maestro Joaquín, Benditos sean los dones que entregas. Escribe Luis García Montero “Hay pocos espectáculos tan emocionantes como la complicidad vital que se da con este peregrino de la noche que ajusta cuentas con el mundo”.

Doble o nada a la carta más urgente/ sin código, ni tribu, ni proyecto/ mi futuro es pretérito imperfecto/ mi pasado, nostalgia del presente.

No tengo más verdad que la que arrasa/ corrigiendo las lindes de mis venas. /por diseñar castillos sin Almenas/ perdí otra vez, las llaves de mi casa.

A los detractores, una pila de cerebro. Después de entregarse al trabajo de poeta, en serio, Sabina no espera a las musas, sino que hace lo único que las excita; escribir. Pegados a la existencia, los versos de Joaquín, siguen una lección de los sonetistas del siglo XVII, surcan cielos, calles, amores y devaneos, regalan paraísos y prometen desatar infiernos.

Vive quinientas noches en un día, /Se disfraza de rayo y de pregunta /enciende al elegir con quien se junta/ la sombra de una mala compañía/ No admite su mester de juglaría/ más balazo que el sol cuando despunta/ Siempre pone un soneto donde apunta/ con el rifle de la melancolía/ por sus canciones cruzan las ciudades/ las historias de amor, las soledades/ Los malditos de buenos sentimientos/ Baudelaire con guitarra madrileña/ Joaquín Sabina escribe lo que sueña/ en la rosa canalla de los vientos.

Luis García Montero

Por si fuera poco, se publica De buena letra, la recopilación de todas las canciones, todas, de Joaquín con apuntes de puño y letra, donde por fin y quitándonos las dudas, aclara que la canción de Quédate a dormir, “nunca me sirvió para seducir a nadie. Me consta que a otros sí. ¡Cabrones! Y la que inspira Caballo de Cartón, se llama Lucía, por citar dos ejemplos. Pero ante todo, la lectura de las canciones como poemas o como pequeñas novelitas donde va arrastrando la capacidad de narrar. Protagonista, secundarios, planteamientos, nudos y el desenlace a escala, provocan en el lecto- auditorio una impresión de haber presenciado un cuento más que una canción. De haber presenciado una cuidadosa telaraña de palabras y ripios tan... sabinianos.

Aparece el último disco Dímelo en la calle y el sencillo de benditos malditos, una misma obra, fraccionada en dos discos, donde se hace patente el poeta, la sencillez y una especie de maduración en varios procesos que ya se han venido gestando desde la noventera física y química. Rancheras, boleros, tecno, rap, tangos, la variedad es la muestra de la maestría. Bienvenido del coma profundo, otra vez a robarnos esos huecos del alma, esos ganchos a la mandíbula que nos hace deletrear: Y aprendí que estar quebrado no es el infierno del Dante, ni un currículo brillante la lámpara de Aladino, cuando me hablan del destino cambio de conversación/.

Es un placer exquisito volver a saber de Joaquín, corregido y mejorado, leyéndolo, cantándolo, oyéndolo. El mejor Sabina, el de siempre.

Y volviendo al inicio ¿Cómo demonios podemos olvidar las canciones de Sabina?

Benditos sean los ceros a la izquierda,

Los que nacieron en ningún lugar,

Los de viva Zapata manque pierda,

Las damas que se llaman soledad

Maldito amor el nuestro si caemos

En la trampa mortal de las parejas

Si queremos querer y desquerernos

Si empezamos el living por las rejas

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