La radio que no escuchamos

La palabra es el tema central de toda radio. La palabra enciende,Hands and superimposed binary code contamina, vuelve, conmina y disuelve. La radio pública en México es una aportación importantísima a la cultura, pero también un ejemplo de fracaso. Apenas con los escasos, escasísimos ejemplos de éxito y vanguardia como radio universidad de Guadalajara, entendemos que hay una radio posible,  que se han desempeñado por el camino de la producción y la sistematización de programas abiertos y de alto contenido social, de alta calidad y sobre todo, siguiendo la regla de las reglas, gustar, los programas de radio Universidad de Guadalajara, gustan.

La hegemonía de radio Universidad de Guanajuato no hace una radio de calidad. Sino, simplemente eso, una radio hegemónica que basa su modelo en la tendencia de la radio de los sesentas. Radio rockola, radio formato de bloques consumidores de tiempo y no de productos de calidad. La radio hoy tiene diversas tendencias moribundas frente a la competencia multimediática que enfrenta. Radio Universidad de Guanajuato no es un montículo aparte de las radios en general. Es patrimonio del Estado, patrimonio de una sociedad que necesita de esos espacios de expresión y divulgación para vivir. Es una radio permisionada. La idea de radio universitaria es parte del imaginario colectivo, de una tradición, sin embargo el hecho de nutrirse de universidades públicas no la convierte a la idea de la radio en universitaria, del patrimonio rectoril, a pesar de su plataforma y los recursos, que finalmente provienen de los impuestos que todos pagamos. Es, contra toda imposición, simplemente una radio cultural.

Si entendemos esta premisa que la radio no es universitaria, que por ley no existe, sino el concepto es cultural, abriríamos un canal de vinculación con el único medio electrónico que subsiste en el estado. Además de participación, podríamos exigir como la ley permite y considera, espacios de creación. En el artículo 21, la ley federal de radio señala que para otorgar permisos a estaciones oficiales, deben de considerar que dentro de los fines de la estación se encuentre:

a) Coadyuvar al fortalecimiento de la participación democrática de la sociedad, garantizando mecanismos de acceso público en la programación; b) Difundir información de interés público; c) Fortalecer la identidad regional en el marco de la unidad nacional; e) Privilegiar en sus contenidos la producción de origen nacional; f) Fomentar los valores y creatividad artísticos locales y nacionales a través de la difusión de la producción independiente.

La radio no puede tener otro motivo que lo social. Sus orígenes así lo destacan y la sociedad así lo demanda. La radio pública del estado de Guanajuato nos expresa una tendencia institucional que rompe con los paradigmas de la radio nacional en materia cultural. La apertura a la sociedad civil y por derecho auténtico de sus municipios y estados para ser escuchados en materia de seguridad, de salud y de transparencia. Para boletinar y acceder a las ondas hertzianas de la radio Universitaria con campañas de salud, prevención y cultura. Tradicionalmente no se ha hecho por considerarse una radio “universitaria” sin embargo, en su naturaleza legal es una radio cultural, con permiso para ser operada por una institución educativa.

En otras latitudes, la radio pública como menciona Luis Meza: “En México estamos que ya no podemos con un pago exótico y "desorbitado" llamado tenencia vehicular. Bueno, seguro los daneses nos mirarán con una sonrisa irónica, pues ellos pagan un canon por tener radio y/o televisión. Si tienen televisión a color, pagan más de 5 mil pesos al año (¡gulp!). Los ingleses son más modestos, pues deben pagar casi 11 libras al mes (cerca de 217 pesos).

Los daneses pagan un canon más barato por los aparatos de radio, mientras que el de los británicos se derogó en los setentas. Pero la cuestión es esta, ambas redes, gracias a ser sostenidas por el auditorio, realmente se preocupan por la calidad de lo que emiten y brindan un gran servicio. No tienen que andar quedando bien con anunciantes, ceder a las presiones "payoleras" de las disqueras y ni siquiera tienen que sintonizar con la línea política del gobernante en turno. Su patrón es la audiencia”

Las radios comerciales que deben sufragar los gastos de producción de acuerdo a sus ventas de publicidad, no reparan en mantener programas en vivo, producciones locales, a pesar de el costo que esto les representa; la radio pública de Guanajuato, subsidiada por una institución educativa, sólo le resta invertir en generar producciones sociales, de investigación y culturales, programas de contenido pertinente y democrático. Sólo puede pensar en contribuir de manera responsable con producciones de alta calidad, y tiene la ventaja de no distraerse por animar y conseguir clientes, distribuir payolas o administrar recursos. Si la radio cultural del estado de Guanajuato lo que hace dedicar su potencia y poder inherente a musicalizar la radio es una aventura ya conocida para los guanajuatenses; la muerte prematura por inanición de lo que fue “la voz de Guanajuato”

Por la misma línea es extraño que publiciten una inversión de millones de pesos para la radio Universitaria de Guanajuato, cuando es obligación y derecho, tener esa inversión por parte del Estado.

La base en todo caso es elevar la capacidad de producción para salir al aire. Es cómodo y hasta mediocre atiborrar al auditorio con bloques esperpénticos de música. El Ipod comprendió inmediatamente lo infame de crear un sistema con muchas horas de música, sin intervención humana, sin diálogo, sin palabras; tanto así que creo los podcast, pequeños formatos charlas narradas, reportajes, charla ilustrada, entrevistas etc. Para abatir la abrumadora y simple reproducción musical.

No es ajeno tampoco para la ley federal de radio que las difusoras deberán estimular y aprovechar los valores artísticos locales y nacionales y las expresiones de arte mexicano. Una radio cultural cerrada a los prolegómenos de una institución, no sólo falta a la ley, sino que se convierte en una radio dominada por intereses ajenos a lo que una vez la impulsó; el bien común.

No es extraño que el éxito de radio Universidad de Guadalajara se sustente en la calidad de los formatos, estilos y contenidos de sus producciones. No es extraño que sea una de las propuestas más innovadoras en materia de radio donde su principal eje de producción sea el interés social y cultural, la participación responsable de sus actores y la inversión en la materia prima elemental de toda radio; la persona.

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