Un año de Ficcionalia

En este mes cumple un año este blog, que con discreta presencia no ha roto ninguna marca, no es el más popular, ni el más buscado por google, no ofrece dinero, no tiene reservada una egoteca particular, no ha dado muestras de ponerse a la vanguardia literaria, no tiene pies ni cabeza, no se publica constantemente, apenas mi irresponsabilidad lo mantiene a flote para decir unas cuantas cosas que no se deben decir en el universo de lo políticamente correcto. Un año ha corrido desde que me inicié en la blogosfera, como un explorador. Hardcover books with yellowed pages standing on end uid

Ficcionalia debe su nombre a un libro que escribí cuando nació Natalia, mi hija mayor, y lo escribí motivado principalmente por heredarle el gusto de la lectura, los libros, la fantasía y las posibilidades de trascendencia por la vía de la literatura, los libros, el conocimiento.

El libro Ficcionalia es el sitio donde van a parar los personajes, las atmósferas, los sitios, los perfiles, las historias de los libros que no leemos o que dejamos de leer. Es una aventura de reencuentro y posibilidades de animación a la lectura y todas las bondades que pueda tener el acto mismo de la leer. ¿Buena idea? No sé. El halago en boca propia es vituperio, la cosa es que a mí me gusta, y en los últimos 35 años sólo he hecho cosas que me gustan.

También me motivó el estado terminal de la imaginación a causa de un cáncer que ha ido destrozando muchas de las posibilidades de este mundo: la soberbia realidad. Ver con desencanto que quienes toman la batuta de nuestras instituciones culturales, sociales, políticas han pactado como apóstoles del trapicheo y la metodología del lugar común, para ir reduciendo posibilidades de creación. Misma forma de tratar los problemas: mismos resultados, mismas quejas, mismos ayees, mismos candidatos, mismos partidos, mismos asuntos, misma política y pocas ideas.Hardcover books with gold spines standing on end uid

Sin embargo este blog, trascendió a la adultez. Es mi Ficcionalia, el lugar donde llevo las cosas que no quiero pasar de largo y las encierro en este sitio. Un coto públicamente privado.

¡Un año y salud!

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