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Mostrando entradas de 2010

Crónica de asfalto

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Mi familia y yo fuimos dejando atrás, unas vacaciones estupendas, poniendo distancia a las playas de Ixtapa. De frente quedaba un recorrido de 500 kilómetros de asfalto que se reducía a seis horas. A las siete de la mañana asaltamos la carretera con las provisiones fundamentales; café, jugos y pan. Descendimos hasta la Hidroeléctrica el Infiernillo cuando los cactus iban bañándose de un sol tibio del amanecer. Cruzamos los puentes de metal y cuesta arriba nos hicimos de las montañas que coronan la zona de la presa; como un acto de magia, aparecieron los pinos y la zona boscosa que corona la zona de Michoacán. Las niñas veían una película de Winnie Poo mientras que mi esposa y yo recordábamos la playa del pacífico, los arrecifes de coral, los manglares y sus cocodrilos, el snorkel en las aguas mansas de la Isla de Ixtapa, las comilonas, la cena con pasta y tinto, el encuentro maravilloso con Craig y Judy… Entonces ocurrió de pronto. En mitad de la carretera, a unos cien metros de Pátzcu

Gracias

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Este es un trabajo publicado en la sección artefacto, del periódico el Heraldo, luego de darse a conocerse el fallo del Premio Nacional de Cuento Efrén Hernández 2010. Gracias a Enrique Rangel por sus palabras...   Gracias por dejarme compartir. Ricardo García Muñoz es la punta de lanza de la nueva narrativa guanajuatense, la del siglo XXI, la que se tutea sin aspavientos con las letras nacionales. Acaba de ganar esta semana el XIX Premio Nacional de Cuento Efrén Hernández. Es un profeta en su tierra. Ricardo, honroso colaborador de EL HERALDO, es un hombre que provoca siempre la dualidad emocional en quien le conoce: o le aman profundamente o le odian, también profundamente. Quizá tenga qué ver el que Ricardo mismo nunca hace las cosas “a medias tintas”. Integrante de la “Generación de la Crisis”, la que nació, creció, se reprodujo, vive y morirá con la crisis, hoy vuelve a tirar la dentellada. En 2007 se alzó con el Premio Nacional de Periodismo Fernando Benítez, por un report

MISIÓN CUMPLIDA...50000 PALABRAS EN UN MES

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Este mes llevo récord Ganador.

Noticias de este menda

Milenio 5 de Noviembre de 2010

Mario

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No se por qué, pero en un momento de mi adolescencia me entró la idea de convertirme en militar. En ese entonces las películas apocalípticas de Mad Max y Rambo me alentaban a buscar una formación marcial que me parecía admirable para hacerle frente a una inminente hecatombe nuclear. Un compañero de escuela fue más lejos y guardaba en su closet víveres y agua para soportar la primer mañana peinada de hongo nuclear. Conocí entonces a un General y escuchaba las historias de cadetes que estaban a un paso de ser héroes. Aventuras de estoicismo y lealtad a la patria de bronce. Y entonces quedé a merced de perseguir ese sueño. Ese general, cuñado de un tío, quedó en que si lo deseaba él me proporcionaría toda la información necesaria para ingresar al colegio militar o de plano, inscribirme. Era el primer año de la preparatoria y ya podría hacer las maletas. En mis escasas charlas con mi hermano, le conté de mis sueños. Espantado trató de convencerme que era una idiotez cambiar la libertad

La cámara de Oxígeno

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Gra cias a los amigos y a los presentes la noche del 14 de septiembre en el corredor literario que me dejaron compartir el corazón un poquito y lo llenaron de calorcito pre bicentenario. A continuación les presento unos apuntes que no leí, pero que había preparado para la ocasión. Sólo son una fuga amorosa de mi memoria, una carta en una botella que se tira al mar. La noche del 14 de septiembre La infancia fue el terreno de encuentro con la lectura. Pasé una infancia sin otras ambiciones que ser centro delantero de los Pumas o corredor de cien metros planos, como Carl Lewis; pero una intermitente enfermedad me puso piedras en el camino. Cuando niño padecí asma y viví temporadas envuelto dentro de una cámara de oxígeno adaptada a una cama individual donde a cinco litros por minuto pasaba mi vida. Esto, claramente me hacía quedar fuera de las canchas de futbol y las pistas de atletismo de la deportiva Torres Landa. No era tan malo estar dentro de una cámara de oxígeno. En cier

Nueva serie... Crónicas del Conde Crápula... Pararrayos

He descubierto que tengo un pararrayos que atrae pleitos con los idiotas, o si pensara que existe otra vida, el karma al que me estoy condenando seguro tiene que ver con un déficit de atención que tuve cuando reencarné en mi vida de soldado revolucionario o de boxeador de tepito, aun no lo descubro, pero lo que me queda claro es que a pesar de aspirar a una vida tranquila, mi pararrayos ha sido infalible y no me ha dejado solo, por más que he intentado llevar una vida sin aspavientos. La crónica que hoy les voy a contar tiene que ver con la facilidad que tengo para hacerme de pleitos fáciles, gratuitos y en verdad estúpidos y en honor a la verdad, parto de un principio lógico, me cuesta ser gregario. Eso ya implica que al relacionarme con algunos terrícolas tenga que empezar desde menos diez. Aun así, he atraído peleas de poca monta que a la larga cuestan demasiado esfuerzo.  ¡Como se extrañan aquellas citas a la salida de la escuela con el oponente donde sólo bastaban algunos puñeta

Universos, flores y estrellas

Nadie sabe cómo caen las estrellas sobre el alma, sólo que llegado el momento, se posan sobre la piel; esa noche la poesía de Rangel nos entregó- volcó la cabellera de Berenice y la Osa mayor pudo cubrirnos con su enjambre, mientras la voz del poeta iba asumiendo el encargo de sobrevolar por el almicantarat para conducir a su audiencia por firmamentos urbanos y bóvedas terrestres. De voz en voz, de poesía en poesía, los presentes deambulamos por universos y cometas que rayaban los nervios, los sentimientos, pulían los demonios internos y los ángeles se paralizaban ante un encanto perverso y divino. El canto de Jaramar era arrastrado por las estrellas de Rangel hasta darse en el filo de la música de Trejo. Un coro biselado por cometas y brillos intensos de un quasar altivo y sonriente que cegó a la concurrencia. Allí estábamos, en el confín de la poesía, entre flores del mal y estrellas. Habitamos la piedra de toque de nosotros mismos, recibiendo estrellas convertidas en palabras y voc

Presentación

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La impostura

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“Yo no tengo que explicarle a la gente con quién como. Como con quien me da la gana y no tengo que dar ninguna explicación, sobre todo si pagan ellos. Yo que no soy muy aficionado a las comidas presidenciales, iré porque soy un bien nacido, porque tengo cortesía y porque me educaron bien. Mi única obligación es escribir buenas canciones. Sé que a mucha gente le gustan mis canciones pero no está de acuerdo con mis posturas políticas, supongo que es el caso del presidente Calderón” Joaquín Sabina Till Eulenspiegel , el artesano ambulante, líder de su libertad, es la figura del gran pícaro en la literatura alemana, allá por el año de 1483 aparece su leyenda. Es, a grosso modo, el ingenuo galopante que lleno de gracia, entre el placer cándido y malicioso ridiculiza a los sabiondos, parodia el lenguaje, tomándolo al pie de la letra porque trata de mostrar una verdad para descubrir la estupidez del mundo. Desde entonces, la leyenda ha dado vueltas en el planeta con diferentes versiones. El p

Idioma

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Homenaje al III congreso de la Lengua Española Autor: Anónimo Señores: Un servidor Pedro Pérez Paticola, cual la Academia Española "Limpia, Fija y da Esplendor". Y no por ganas de hablar, pues les voy a demostrar que es preciso meter mano al idioma castellano, donde hay mucho que arreglar. ¿Me quieren decir por qué, en tamaño y en esencia, hay esa gran diferencia entre un buque y un buqué? ¿Por el acento? Pues yo, por esa insignificancia, no concibo la distancia de presidio y presidió, ni de tomas a Tomás ni de topo al que topó. Por eso no encuentro mal si alguno me dice cuala, como decimos Pascuala, femenino de Pascual. Mas dejemos el acento, que convierte, como ves, las ingles en un inglés, y pasemos a otro cuento. ¿A ustedes no les asombra que diciendo rico y rica, majo y maja, chico y chica, no digamos hombre y hombra? ¿Por qué llamamos tortero al que elabora una torta y al sastre, que trajes corta, no lo llamamos trajero? ¿Por qué las Josefas son por Pepitas conocidas,

La noche del 5

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Los amigos deben estar donde truenan los huesos. Y allí estuvieron la noche guanajuatense del 5 y la noche leonesa del 6. Recuerdo los pininos en una tarde celayense donde se presentaba una revista literaria, el primer número y al llegar al centro cultural, no había nadie. El amigo organizador, pensó rápido y reclutó a cinco alumnos de un taller que, ya saliendo en desbandada, los hizo retroceder pero que con una labor de convencimiento los hicieron quedarse a escuchar el rollito arengadoriano. Con todas las fuerzas de mis 21 años, tomé los arrestos necesarios para dirigirme a un público tan ausente que podría haber hablado de recetas de cocina y nadie se hubiese dado cuenta cómo se preparan unos huevos revueltos. Pero entonces era la literatura. El arte, la creación. Mi arenga que había escrito dos noches antes. Una vez que llegué al final, hubo dos preguntas y me convencí del éxito. Salí feliz que cinco personas hubiesen presenciado lo que tenía que decir, a pesar de todo. Entonc

Autorretratos en papel

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Escritores teloneros

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Leía un texto de André Jute donde contaba una anécdota y decía que alguna vez un premio Nobel le dijo que en seis manzanas a la redonda del bar en el que se hallaban, había cientos de escritores mejores que ellos. La diferencia entre los autores publicados y los inéditos, era simplemente que los autores publicados se sientan y escriben al menos una página al día, o diez páginas o las que fueran, y que no se levantan de la silla hasta haberlas terminado. Está de más decir que estoy de acuerdo. En esas andaba. Entonces enredado en alguna extraña conversación con alguien que ha sido jurado en concursos literarios, salió a colación la anterior anécdota de André Jute porque me preguntó, -¿Qué tal, y tu escribe y escribe?¬- y entonces con toda la seguridad del mundo le dije que sí. Me miró con sorna e hizo una mueca de: ¿Ñaaaaa, a poco? Acto seguido, sonrió. Imagino que pensó en un momento que iba a decir que no escribía por una falsa modestia o porque decir que uno escribe es como colgarse

Una postal navideña

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Este texto es un envío de un entrañable amigo que contesta mis correos y que comparte cosas bien importantes. Y deseo compartirlo... Una postal navideña de Etgar Keret Había una vez un tipo que podía caminar sobre el agua. No es para tanto. Mucha gente puede caminar sobre el agua. Por lo general no lo saben porque no lo intentan. No lo intentan porque no creen que puedan hacerlo. Como quiera que sea, ese tipo sí creía, lo intentó y lo logró. Y ahí empezó el desastre. Ese tipo tenía un apóstol que le era muy cercano y lo traicionó. Eso tampoco tiene nada de especial. Mucha gente es traicionada por alguien muy cercano. Si no fueran cercanos, entonces no sería considerada una traición, ¿o sí? Luego vinieron los romanos y lo crucificaron. Eso tampoco tiene nada de particular. Los romanos crucificaban a mucha gente. Y no sólo los romanos. Muchos pueblos más crucificaban y mataban a mucha gente. A todo tipo de gente. A quienes hacían milagros e incluso a quienes no. Pero ese tipo, tres días

Año nuevo

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Este nuevo año no recibí sus primeras horas con las copas de más que todos los años bebía con el objetivo de imaginar que nomás por una transición cronológica las cosas iban a estar mejor, y conforme pasaba el tiempo los proyectos iban con sus días, sus momentos y sus alegrías, por decir que así, dos, dos, pasaba el año y pensaba que al final, todos los males estarían en peligro de extinción, cosa que me estimulara al pensar con que el nuevo, el que viene me pondría a mano de toda la metralla enemiga que recibía en el año viejo. Pero la verdad es que no me llamó la atención esa vieja idea del rencuentro con amigos, sino que me llamó la atención que perdí en el año a muchos amigos, y quizá no precisamente en este, sino a lo largo de los años. Al principio, por alguna razón fui llenando mi carpeta de contactos de los correos electrónicos con gente que prometía volver a contactarse. Muchos contactos que me regalaron su tarjeta de presentación para mantenernos en una ávida comunicación e