Ir al contenido principal

Promover la lectura

Algunas campañas y programas para promover la lectura. ¿Si se puede?

 

Y  más ideas…  Miren esto, buena, muy buena idea.

 

 

 

Si, si se puede, nomás hay que mover el polvo de las autoridades caciquiles culturales de Guanajuato. Los reptiles y la fauna nociva. Eso, no se puede.  Como dijo Denise Dresser; Y EL PROBLEMA SURGE CUANDO ESE MODELO COMIENZA A GENERAR MONSTRUOS; CUANDO ESE APOYO GUBERNAMENTAL A CIERTAS PERSONAS PRODUCE MONOPOLIOS Y OLIGOPOLIOS QUE YA NO PUEDEN SER CONTROLADOS; CUANDO LAS “CRIATURAS DEL ESTADO”-COMO LAS LLAMA MOISES NAIM- AMENAZAN CON DEVORARLO… MEXICO NO CRECE POR LA FORMA EN LA CUAL SE USA Y SE EJERCE Y SE COMPARTE EL PODER. NI MÁS NI MENOS.

Entradas populares de este blog

cineastas

Existen tres nombres en el ámbito local de la producción audiovisual que no hay que perder de vista. Amat Escalante, Arturo Chango Pons y Rolando Briseño. A ellos los une, en principio, el placer estético por las imágenes, el acto íntimo de narrar con el lenguaje audiovisual, pero también los une la indiferencia y el abandono de las instituciones del gobierno estatal. El último proyecto de Pons era “la brújula la lleva el muerto”, un largometraje que promete, pero que no se ha logrado gracias a los nulos apoyos a producciones mexicanas y los nulos apoyos a los proyectos locales. Paradojal. El estado de Guanajuato mantiene una dirección de filmaciones que sirve para... ¡Hacer un festival A.C! El Chango es uno de esos directores de cine que indagan en lo oscuro, que en su búsqueda constante plasman elementos políticamente incorrectos y ricos en expresiones artísticas. Amat Escalante se arrojó a Cannes en 2005 con la película “Sangre”, sin apoyo de gobierno alguno lo que le dejó un premio...

Mateo la novela

Archipiélago

Ahora recuerdo. Una tarde el mar estaba en mi habitación. La marea aun baja. Hombres a la deriva, empeñados en nadar hasta la única tabla de salvación, un madero podrido en el que me asía fuertemente para no descender a los infiernos. Los hombres peleaban un lugar en el metro y medio de larguero. Mi corazón indecente no quiso echarles la mano. -Ora, perros, a nadar-. Grité. El azar llevó un tifón embravecido para sacudirme del madero como un toro al jinete. Cuando una ola cambió mi posición. Estaba nadando en aguas profundas. Los hombres dieron unas fuertes brazadas y llegaron al madero. ¿Quién es el perro? Dijo uno. Mis piernas flotaban entre la densidad marina de la habitación. Una lámpara de mesa pasó flotando a un a lado. Si no muero ahogado, muero electrocutado. Llené mis pulmones hasta el máximo para luego sumergirme al fondo gris. Abrí los ojos. Mi cama, estaba tendida. El closet cerrado. No había otra cosa que flotara. Perdí el minuto de oxígeno haciendo malabares para hundirme...