Fade
Abrí los ojos haciendo Fade In como los que aparecen en una de esas películas de 1955, en un blanco y negro titilante; aun con los estragos de un mal sueño pude despertarme con la modorra pisando la dicotomía Jekyll & Hyde que precede al amanecer, de todas esas imágenes de mi mismo que colgaban de la piyama y que estaba por dejar entre las sábanas. Comencé a recordar lo que era. Quizá ya tenga edad para escribir una novela. Historias, finalmente contamos historias para asegurarnos de que estamos vivos. ¿Estamos vivos? Los días nos ponen siempre en nuestro lugar. Es un tibio augurio de que estoy accediendo a la perspectiva de los años. La vida que comienzo a medir por décadas. La historia es una plancha de morgue que nos permite ver por partes los bordes de la carne y de la memoria. He tenido esa imagen del cubo de Rubik en el momento mismo en que casi lo resuelvo. Se recrea el cosquilleo del joystik de Atari que parece ya, un objeto de veneración de la era cuaternaria. Odisea a