CACARO

Cácaro es una idea de radiorevista cinematográfica que se me ocurrío en aquellos años noventa, cuando cursaba la carrera y a marchas forzadas aprendí a realizar radio. Digo marchas forzadas, porque así fue, el maestro titular, un tal Maquiavelo se rajó y el grupo estuvo a la deriva. Cuando entró la sustituta, el semestre estaba en el cenit. Así que se debía aprender radio de una manera. Produciendo.
En fin, cácaro, la radirevista que enciende la pantalla de tu imaginación, era conducido por Naya mi prima y por este menda. Así que como me gustaba el tema, abordé con decisión, retomarlo para radio Universidad de Guanajuato, cuando Radio UG era una radio cultural universitaria. Y en compañía de Raúl Muñiz estuvimos al aire la friolera de dos años (más- menos) con un desfile de muchos temas y películas, entrevistas e invitados especiales, si bien no lograba ser una revista en toda regla por los escasos recursos con que contaba la radio, a contra pronóstico y gracias a Raúl Muñiz pudimos encender un poco la pantalla de la imaginación, de un público concentrado y conocedor.
De buenas a primeras, de un plomazo, y sin agua va, Raúl y cácaró desaparecieron (yo desaparecí por causas ajenas al cuadrante tiempo antes JAJAJAJA). Los lunes a las 8:30 pm, se volvieron los lunes al sol (es decir desempleados, ociosos,como la peli de Bardem, como la radio de los dorados años 80, como el fusil de Radio VOZ DE LOS GUANAJUATEÑOS )y tributarios porque el deseo era convertir a Cácaro en la infame cartelera de Cine club de UG, en el cácaro camionero, nunca mejor dicho por aquello de la sala de cine del Euquerio.
En fin, la muerte del Cácaro radiofónico hace gritar CACAROOOOOOOOO, porque no hay más. Y no habrá más. Y sin despedirse, y sin saber a qué canija hora se acabó la función.
Es razonable el estilo vengador de quitar todo lo que estaba, porque a falta de creatividad sobran los autoritarismos.
Fueron buenos años con mi estimado Raúl Muñiz, en que los lunes mostrábamos las filias y las fobias cinematográficas.
Pero Cácaro vuelve gracias a la invitación que me hizo Enrique Rangel, mi hermano del alma, para poder escribir en el AM, todos los jueves al sol, algo de cine. Y mejor aun, con el alma de cácaro.
Cácaro, todos los Jueves en la sección de cultura del AM.
También, mi buen amigo, me vuelve a reunir con otro entrañable, Geovanini, y con su librero que antes fue radiofónico. Bueno, como dijo aquella viejita, esa es otra historia.

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