Pruebas irrefutables de que los ababoles existen
Los ababoles habitan este planeta con los terrícolas. Son simples y anatómicamente parecidos a los humanos, pero los distingue el grado de idiotez; generoso y fecundo.
1)Los ababoles a pesar de instrumentar respuestas elementales: comen, defecan, duermen; también son instrumentos de mecanismos más elaborados para su reducido coeficiente intelectual. Conocí a un ababol que trabajaba como asesor en una escuela parroquial. Hacía las labores de cerebro del ababol mayor; la ababolesa madre. Cierta vez dijo que para relajarse no había nada mejor que ir a un table dance y después irse de compras con su mujer. Prueba de que los ababoles existen.
2) Los ababoles ordenan sus pensamientos sin explicación geográfica alguna. La dimensión entre lo cercano y lo lejano les queda grande para su razonamiento. Un ababol dijo que su mayor ilusión era que su escuela parroquial fuera la mejor de todo el mundo.
3) Los ababoles van a las cantinas y discuten para seleccionar un ababol de escuela parroquial. Generalmente creen que no son lo suficientemente estúpidos para elegir ababoles, así que se emborrachan. Una vez alterados de la conciencia se felicitan y brincan de felicidad porque encuentran un ababol. Luego publican en los periódicos ababoles su gran derroche de estulticia.
Otra prueba de la existencia de los ababoles.
1)Los ababoles a pesar de instrumentar respuestas elementales: comen, defecan, duermen; también son instrumentos de mecanismos más elaborados para su reducido coeficiente intelectual. Conocí a un ababol que trabajaba como asesor en una escuela parroquial. Hacía las labores de cerebro del ababol mayor; la ababolesa madre. Cierta vez dijo que para relajarse no había nada mejor que ir a un table dance y después irse de compras con su mujer. Prueba de que los ababoles existen.
2) Los ababoles ordenan sus pensamientos sin explicación geográfica alguna. La dimensión entre lo cercano y lo lejano les queda grande para su razonamiento. Un ababol dijo que su mayor ilusión era que su escuela parroquial fuera la mejor de todo el mundo.
3) Los ababoles van a las cantinas y discuten para seleccionar un ababol de escuela parroquial. Generalmente creen que no son lo suficientemente estúpidos para elegir ababoles, así que se emborrachan. Una vez alterados de la conciencia se felicitan y brincan de felicidad porque encuentran un ababol. Luego publican en los periódicos ababoles su gran derroche de estulticia.
Otra prueba de la existencia de los ababoles.