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Mostrando entradas de enero, 2014

La mandrágora café 1 (relato)

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En esa época trabajaba en un viejo café que se llamaba la Mandrágora, en el corazón de la ciudad. Lo había inaugurado apenas con siete mesas prestadas por una tía  y una cafetera que conseguí en una rebaja en los anuncios clasificados del periódico.  En ese tiempo sólo pensaba en escribir cuentos y vender café, convencido que en una de esas, quedaría aplastado por una vida bohemia y por qué no decirlo, una vida de calavera con un local de café donde pasaría el tiempo leyendo, fumando y vendiendo capuchinos. En el local, ponía revistas de Vuelta y Viceversa, prestaba algunos libros y al atardecer llegaban amigos a conversar de literatura, de cine y de cualquier eventualidad de la ciudad que tuviera que ver con la cultura. Entonces las noches se alargaban en esquirlas de palabras; sosteníamos charlas ligeras de nuestros autores preferidos, reflexionábamos acerca de los derroteros de la vida literaria en Guanajuato y apostábamos por la siguiente generación de literatos que,

Caminos (editoriales) de Guanajuato

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Una de las ideas generalizadas es que la industria editorial en el Estado de Guanajuato, no es industria y precisa de subsidios y acuerdos con instituciones gubernamentales para su sobrevivencia. Desde este punto de partida, podríamos advertir que la inercia de las editoriales dirige sus esfuerzos hacia una calistenia básica, elemental y elocuente. Hacer libros. Producir el soporte. Distribuirlo y luego entonces venderlo. La gama de elementos que nutren la industria editorial y que pueden generar derrama económica, empleo y bienestar, quedan con un freno, sin lograr destapar otras áreas de producción. He señalado en varias ocasiones que el autor es el único de dicha cadena productiva que se queda con el buen sabor de boca, pero sin remuneración, y esto es un problema que se desencadena violentamente a la larga, en un sinnúmero de etiquetas sociales en el escritor mexicano: la primera: la gente cree que el escritor escribe para regalar los libros. En segunda creen que escribir no es