Escritores teloneros
Leía un texto de André Jute donde contaba una anécdota y decía que alguna vez un premio Nobel le dijo que en seis manzanas a la redonda del bar en el que se hallaban, había cientos de escritores mejores que ellos. La diferencia entre los autores publicados y los inéditos, era simplemente que los autores publicados se sientan y escriben al menos una página al día, o diez páginas o las que fueran, y que no se levantan de la silla hasta haberlas terminado. Está de más decir que estoy de acuerdo. En esas andaba. Entonces enredado en alguna extraña conversación con alguien que ha sido jurado en concursos literarios, salió a colación la anterior anécdota de André Jute porque me preguntó, -¿Qué tal, y tu escribe y escribe?¬- y entonces con toda la seguridad del mundo le dije que sí. Me miró con sorna e hizo una mueca de: ¿Ñaaaaa, a poco? Acto seguido, sonrió. Imagino que pensó en un momento que iba a decir que no escribía por una falsa modestia o porque decir que uno escribe es como colgarse