El cubo
La vida es como el cubo de Rubick. Una intensa revoltura que tiene su lógica en las piezas más insignificantes, en las vueltas y en los diversos puntos donde quedan los colores. En toda mi existencia jamás he resuelto un cubo. Cada vez que observo como van quedando alineados los colores, una vuelta más o menos, una torción equivocada y los colores se desparraman y allá voy, a romper el orden o la lógica. Pienso esto cuando creo que nunca he deseado resolver el cubo. Y entonces vislumbro que mi vida no desea estar en sintonía con las cosas, los elementos que hacen un orden y quedo en franca rebeldía. Alguien escribió que las opiniones son la mercancía más barata. Y en mi cubo han caído desgraciadamente varias opiniones que me han hecho pelotas en un cuadrado. Una de ellas, vino de una editora a la que mi texto le pareció poco fresa. Entonces las piezas del cubo mostraron un abanico multicolor. Por supuesto que era una negativa y un muchas gracias, eres bien bueno, pero no. Aquí