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Mostrando entradas de marzo, 2008

Una de radio

Los retos de la radio cultural Cuando el siglo XIX se extinguía, entraban en vigoroso proceso de desarrollo las tecnologías que conducirían a crear la radiodifusión. Desde entonces, la radio ha visto cómo las energías productivas y analíticas aplicadas en el campo tecnológico han sido superiores a las invertidas en su dimensión artística y cultural. En el campo de la comunicación vemos el espectro radial inundado por medios comerciales, lleno de telebasura, de radio basura; basta con girar el dial y podemos escuchar el maltrato al idioma, las cacofonías llenas de insultos, la retórica de la estulticia: tan sólo en el estado de Guanajuato contamos 52 radiodifusoras y apenas, dos radios eminentemente culturales. Tal vez el empobrecimiento espiritual y cultural de los hombres y de sus relaciones resulte producto del debilitamiento de su lenguaje. O, quizás, esta desvitalización expresiva sea la consecuencia de aquella declinación. Ya algo se perfilaba cua

CACARO

Cácaro es una idea de radiorevista cinematográfica que se me ocurrío en aquellos años noventa, cuando cursaba la carrera y a marchas forzadas aprendí a realizar radio. Digo marchas forzadas, porque así fue, el maestro titular, un tal Maquiavelo se rajó y el grupo estuvo a la deriva. Cuando entró la sustituta, el semestre estaba en el cenit. Así que se debía aprender radio de una manera. Produciendo. En fin, cácaro, la radirevista que enciende la pantalla de tu imaginación, era conducido por Naya mi prima y por este menda. Así que como me gustaba el tema, abordé con decisión, retomarlo para radio Universidad de Guanajuato, cuando Radio UG era una radio cultural universitaria. Y en compañía de Raúl Muñiz estuvimos al aire la friolera de dos años (más- menos) con un desfile de muchos temas y películas, entrevistas e invitados especiales, si bien no lograba ser una revista en toda regla por los escasos recursos con que contaba la radio, a contra pronóstico y gracias a Raúl Muñiz pudimos en

Por la novela

Hoy acabé, a contra pronóstico, la novela en la que trabajaba, esto es un decir, llegar al punto final es apenas un esbozo de otro comienzo mas siniestro, uno que parece que no tiene fin, sin terminar una obra, que nunca es bueno volver atrás, que parece que hay que volver a reescribirla. La novela queda con ese impulso que la desarrolla, y después, si uno se atreve a volver a pisar esos terrenos, significa profanar un sitio donde eres golpeado por las imágenes inacabadas Entonces, lo mejor es decir, empecé una novela. Dice Thomas Hardy, que todo el secreto de la obra de ficción reside en el acoplamiento de cosas que se apartan de lo corrientea cosas que son universales.